24 de mayo de 2008

El Campo, El Negro, Las Retenciones

Desde que comenzó el conflicto con el campo he escuchado a diversos actores del Gobierno, incluyendo a la Sra. de Kirchner y al Jefe de Gabinete Alberto Fernández, justificar las retenciones bajo el argumento de que "el campo" es el sector con mayor empleo no registrado y que presenta un nivel muy elevado de operaciones de compra venta en negro. No soy quién para refutar estas dos acusaciones. No tengo, ni mi familia tiene, campos, vivo en la Capital Federal y no soy ni por asomo un experto en el mercado agropecuario. Por ello, supongamos que lo que dice el Gobierno es cierto (así como a veces suponemos que la inflación que reporta el Gobierno es real). Según el razonamiento lógico que se derivan del argumento oficial, las retenciones servirían para corregir efectivamente la conducta evasora del sector agropecuario. Parafraseando al oficialismo: "Señores El Campo, como Ustedes evaden y emplean en negro, no se pueden quejar porque lo que les sacamos con este impuesto enorme Ustedes lo recuperan con sus faltas de respeto fiscales". Este argumento es falaz en el pleno sentido de la palabra. Es decir, el Gobierno presenta un argumento como aparentemente lógico cuando en realidad el resultado no se deriva de las premisas. O, traducido al Argentino Básico, una cosa no tiene nada que ver con la otra. Expliquemos.
En primer lugar, si las retenciones tienen un efecto sobre la evasión es justamente el de incentivarla: Como las retenciones son un tributo que se paga al Estado antes de pagar todos los gastos de explotación del negocio y todos los tributos nacionales y provinciales, estas son totalmente independientes de la ganancia. De hecho se podrían incluso asemejar a un "gasto no deducible para el impuesto a las ganancias". Al ser entonces un impuesto que grava fuertemente el solo hecho de hacer negocios "blancos", es solo esperable que incentive a los productores a hacer negocios "negros". De hecho, la teoría económica ya probó la relación directa entre impuestos excesivos y evasión impositiva.
En segundo lugar, como las retenciones bajan la ganancia contable del negocio agropecuario, estas van en detrimento de la capacidad del sector de absorber un blanqueo de los supuestos trabajadores y salarios en negro.
En tercer lugar, si las retenciones son una forma de cobrarle al sector agropecuario los impuestos no evadidos, se da la paradoja que estas repercuten con mayor rudeza en los negocios de aquellos que mas cumplen con todas sus obligaciones fiscales. Esto, además, demuestra una falla sistémica en el planeamiento tributario argentino. En nuestro país, la carga impositiva sobre la economía formal fue siempre muy alta ante la certeza de que la economía informal es muy grande, con lo que la presión tributaria fue siempre enorme sobre el que negocia en blanco y muy relajada sobre el que opera en la marginalidad. Pagan siempre justos por pecadores. Y, como lo expliqué en el primer punto, esto va a empujar a mas productores a operar fuera del sistema.
En cuarto lugar, el aumento de un impuesto que ataca la mera existencia del negocio y no su ganancia, como lo son las retenciones, llevará al cierre a cualquier establecimiento que no esté pasando por un buen momento económico y, en consecuencia, al no pago de sus impuestos por el cierre de operaciones.
En quinto lugar, y como si fuera poco, los supuestos trabajadores no registrados del sector agropecuario serían víctimas de las retenciones. Ya no solo por la falta de trabajo que pueda generar el cierre de empresas y la disminución de superficies sembradas, sino que, en este caso, porque es el mismo Estado quien lleva al productor a no blanquearlos.
Seguramente quien conozca un poco mas de la materia tendrá mas elementos para probar la inexistencia de relación entre la economía informal del campo y las retenciones. Igualmente, creo que los ya brindados son suficientes para refutar el débil argumento mediatico oficial. Lo cierto es que el Gobierno precisaba de mas fondos para su caja y esta vez se quiso fondear con el campo. Pero les salió el tiro por la culata.
Igualmente, si existe, como denuncia el gobierno, una evasión impresionante en el sector agrícolo-ganadero, lo mas responsable sería que le Estado actuara en aras de reducirla con acciones concretas que apunten directamente a los evasores y no al sector como un todo. Asimismo, cuando el gobierno denuncia la alta evasión, sería interesante saber como obtuvo dicha información siendo que ni la AFIP ni el Ministerio de Trabajo han hecho gran cosa en proporcionarla y actuar en consecuencia.
Mader opina.

No hay comentarios: